jueves, 28 de abril de 2011

Interpretaciones.

“Atribuimos a la casualidad nuestras desgracias, jamás nuestra prosperidad. La desgracia le hace a uno virtuoso. La virtud nunca la habría inventado un hombre feliz. ”
Charles Régismanset
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viernes, 22 de abril de 2011

El infierno de Timanfaya

Me siento al pairo y sigo contando el paso del tiempo. Esta vez, -como casi siempre-, con palabras usurpadas al recuerdo de algunos libros y distintos viajes. Se mire por donde se mire, el paso del tiempo es lo único que perdura. Cuando no hay vuelta atrás, el ser humano se convierte en esclavo de las cosas. Y del hechizo venéreo de la naturaleza. Hace ya algunos días lo vimos en Japón. Lo que persigo contar vino a suceder mucho antes de que existieran las nucleares, en una de las regiones mas desoladas de la tierra.
Aquello sobrevino el primer día de Septiembre de 1730 en Lanzarote. Esa bella islita de las Canarias situada encima del paso de casi todas las líneas magnéticas. La bola del mundo está cruzada por un conglomerado de ejes o líneas magnéticas que a veces armonizan en un mismo punto provocando extrañas sorpresas e influyendo sobre hombres y animales. Los antiguos creían mucho en eso, pero llegó el cristianismo y puso a la inquisición a trabajar para hacer olvidar esas profanas teorías. Por maléficas y supersticiosas. Cosas de brujas, ya se sabe. Irlanda también tiene muchas. Y la India. Y Birmania, e incluso Japón. Pero en ningún agreste lugar hay tantas como en Lanzarote. Caprichos de la naturaleza. Ese día, las blancas aldeas del suroeste del arrecife se vieron sorprendidas por la más fanática e injusta erupción volcánica de la que se tenga recuerdo. Aquel estallido de bravura duró seis años, sepultó varios pueblos y cubrió con un manto de lava y escoria la cuarta parte de la isla. Treinta nuevos volcanes se sumaron a los trescientos ya existentes y fue tanta la energía y el ardor desprendido que, aún hoy en algunas zonas, basta con profundizar unos centímetros en la tierra para tropezar de inmediato con temperaturas que superan cómodamente los 400ºC.  Aquello fue una batalla de años entre los ríos de lava ardiente que escupían los volcanes y el indomable mar de barlovento que ordenó para siempre, una costa dolida y tortuosa, temible y apocalíptica a la que nadie, en muchos años, osó aproximarse.
Hay veces que no hay vuelta atrás. Hay veces que la naturaleza toma vida propia, y el ser humano se convierte en esclavo de su entorno. Y siente miedo y sorpresa. Y  amenaza y desaliento. Y miran al cielo con el susto del que se sabe en un mar bravo. Y escuchan la tierra con el pánico que esconden los ojos delante de un cuchillo.
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jueves, 14 de abril de 2011

Interpretaciones.

Ahora que se acercan elecciones, tenedlo claro.
 
 “Vota al hombre que promete menos. Será el que menos te decepcione.”

Sir William Ramsay
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domingo, 10 de abril de 2011

Machín, el rey del Bolero.

Frecuenté a Machín y su música hace ya una pila de años cuando, de mancebo, mi padre ponía en el casete del coche alguno de sus discos en el trascurso de algún viaje. Yo era un doncel, ya os digo, que buscaba el equilibrio perfecto y buceaba a pulmón entre las letras del Sabina y las guitarras de Barón Rojo. También estaban los Doors, Led Zeppelin y los Leño pero eso fue mas adelante. O a la vez, no lo recuerdo bien. El caso es que, escuchando a Machín, descubrí un género vivo donde habitaban los tres tiempos; el ayer, el hoy y el mañana.
Hijo de padre gallego, nació en los extramuros de Sagua La Grande, al abrigo de la Sierra de Jumagua, allá en Cuba. Desde pequeño su pasión fue la música. Aprendió muy pronto a tocar la guitarra y sobre todo, a acompañarse de sus maracas, que nunca abandonaría, para capitular los sones de su tierra. Para cantar con el aroma de su raza desfilando en su gollete. Empezó desde abajo; desde muy abajo. Tuvo que trabajar muy duro desde chinorri hasta convertirse en el cantante de la mejor orquesta de La Habana allá por el año 1929. Luego, en el devenir del tiempo, llegó a ser testigo y banda sonora de las historias de amor de toda una generación en unos años muy jodidos. Fueron tiempos de hambre, necesidades y miedo.
Anoche me acosté tarareando “Angelitos negros” y esta mañana de sol, me enderecé para honrar su memoria. Recién levantado buceé en la Internet para ver algún video suyo y aún con la tripa urgida empecé a escribir con el ímpetu que hace que me tiemble el folio. Fue un tipo serio, humilde y con un estilo muy personal para el bolero. Dentro de poco se cumplirán cien años de su nacimiento y, como todavía vive en el recuerdo y la memoria de muchos a través de sus canciones, toca felicitarlo. Enhorabuena rubio, fuiste el rey.

jueves, 7 de abril de 2011

Interpretaciones.

“Una palabra, una anécdota, una máxima enseñan con frecuencia más que todos los tratados públicos. ”

Emil Ludwig

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