miércoles, 28 de septiembre de 2011

Por fandangos


Ayer oí cantar por fandangos a un gitano cabal, entre gente cabal.  Saboreé un fandango que sentenciaba que nunca un hombre ha de pegar a una mujer “aunque no sea buena”, y que, ante el riesgo, debe recordar que una mujer fue su madre. Sencillo y cierto, en todo caso. Necesitamos más fandangos que nos recuerden cantando la verdad de la vida, la verdad que a veces olvidamos, empujados por el ajetreo y el trote, buscando mas lo superfluo que lo nacido de dentro. En ocasiones creo que quisimos ser tan libres que nos mudamos en esclavos sin darnos cuenta. Quisimos sudar rebeldía constructiva y solo parimos conformismo banal. En fin, puta miseria.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Interpretaciones.

"Nunca en la historia de la decepción humana, tantos habían sido engañados por tan pocos".

martes, 13 de septiembre de 2011

Esencia de Blues.

Conozco a un socio que es un ideólogo de la vida, lo que yo llamaría un idealista versado -por jodido que sea de encontrar-, un filósofo en potencia de esos que bebe suelto y apartado, y habla con los camareros -a falta de otro interlocutor- en esas vigilias golfas y arrastradas en que la noche se confunde con la mañana y tres son infinidad. Un gentío. Casi un pelotón. A veces me lo encuentro rondando a la madrugada con un bourbon en una mano, y un cigarro negro en la otra cerrando los garitos que quizá nunca deberían haber abierto.
Bien. Hace poco coincidimos y hablamos. Me confesó, al hilo de una canción de los ZZ Top, su teoría sobre el blues. Iba algo –bastante- tajado y, entre guiños, tics y miradas infinitas, me contó los ingredientes que, según su ajada inconsciencia, debería tener un buen blues. Además de sus doce compases y sus cuatro acordes de rigor, el secreto del Blues se escondía en la letra. En su brillante disertación me dijo que había tres palabras que, bien combinadas, hacían de una canción un blues: “Yeah”, “Baby” y “Alright”. Afirmaba asimismo que había otra teoría mas ortodoxa que apuntaba a que un buen blues debía de empezar diciendo “I Woke up this morning”.
Entre trago y trago me contaba que la esencia del blues residía más en el argumento, en el contenido, que en la letra. “Un blues jodidamente bueno debe hablar de dolor, de abandono, de soledad y malos tratos... me entiendes Toni” me confesaba cercano al oído. Agucé las orejas y me bebí sus palabras, pues comprendí de inmediato que, con esta trama confusa y alcohólica en el aire oxidado del chiquero, tenía para un cuento de los que os relato en este foso. Siguió confesándome, entre idas y venidas mentales, que el blues clásico, el trivial, siempre llevaba parejo una guitarra y un canalla grosero y despreciable. Un bluesman.
Cuando empezó a disertar mirando atento al techo del tugurio con el orden de los versos, la melodía y la estructura musical, apuré el trago y amablemente me despedí. “Hasta la próxima asere. Y cuídate.” A fin de cuentas, y viéndolo así resultaba hasta fácil componer un buen blues:
                                                                           
I woke up this morning
Mi mujer me ha dejado, baby
I woke up this morning, alright
estoy desesperado, yeah, baby, alright.

I woke up this morning
Mi mujer me ha humillado, baby
I woke up this morning, alright
estoy despechado, yeah, baby, alright.

martes, 6 de septiembre de 2011

Interpretaciones.

"Todo lo que se puede contar, no siempre cuenta; todo lo que cuenta, no siempre se puede contar"