lunes, 12 de octubre de 2009

Sinatra en la Habana.


La madrugada del 22 de Diciembre del 46, tuvo lugar en el Hotel Nacional de Cuba en La Habana la reunión de maleantes y sinvergüenzas más grande de todos los tiempos.
A esa reunión, como ya he dije en antiguos apuntes, asistieron Salvatore “Lucky” Luciano al mando (Il Capo de Tutti Capi), Vito Genovese, Carlos Gambino, Frank Costello, y el anfitrión y dueño de los negocios de La Habana, Meyer Lansky.
También estuvo La Voz. Francis Albert Sinatra. Una de las figuras más importantes de la música popular en el siglo XX y un puto crack.
Los abuelos del Sinatra eran de Lecara Fridi en Sicilia, el mismo pueblo donde nació Lucky Luciano. Eso lo convirtió en el futuro en su gran padrino. Posiblemente esa lejana relación es lo que mas daño le haría al Sinatra a lo largo de su carrera musical.
Sinatra llegó a La Habana con 31 años recién cumplidos y con 3,5 millones de dólares en billetes de 50 para entregar personalmente a su íntimo el capo Luciano hospedado en el Hotel Nacional. Era el dinero acordado para establecerse en Cuba por una temporada mientras se resolvían los asuntos de la extradición a su Italia natal.
Un contratiempo hizo que fuera interceptado en la aduana en un control rutinario y fue obligado a abrir el maletín en el que ocultaba el dinero negro. Al darse cuenta la multitud del especial pasajero que acababa de poner pie en tierra, empezaron a rodearlo y empujarlo, tanto que el agente aduanero, para evitar la movida que se le estaba formando, decidió dejarlo pasar ignorando un dinero que podría haberlo comprometido seriamente.
Días antes, había abandonado la orquesta de Tommy Dorsey, incumpliendo su contrato, y mandó a un matón, Willi Morettí, para que se cerciorara de que Tommy no tomaría medidas legales contra él. Fue tan fácil como ponerle la Colt del 45 en la sien y proponerle que el mismo rompiera el contrato.
Sinatra cantó esa misma noche ante los mafiosos reunidos en el hotel, convocados por Luciano. Ya conté en esta misma trinchera que en aquella noche se pactó el asesinato de Bugsy Siegel, el hombre fuerte de las Vegas, por la crisis de financiación y por los problemas con el putón verbenero de su mujer. Además, el Sinatra le tenía ganas puesto que ya había planeado construir su propio hotel-casino en Las Vegas y Siegel se estaba poniendo tonto al no querer asumir la nueva competencia.
Muerto Bugsy el perro se acabó la rabia y el consorcio de Luciano-Lansky se hizo con el control del Hotel Flamingo en las Vegas donde el Sinatra era la atracción principal llegando a actuar todos los años hasta finales de los sesenta.
Posteriormente, “La Voz”, ya convertido en ídolo, acabó desquiciado durante unos años con el coño de la Ava Gardner, hembra de vulva carnosa, labios color violeta y pipa encallecida de tanto frotamiento.
Y así, con los compases del “My way” saliendo por la bocina del pe ce y mientras termino de escribir, me dejo llevar por los sonidos emputecidos de la mejor voz del mundo. Por lo menos para mí, Frank Sinatra ha sido, es y será el más cabrón de todos.


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