jueves, 2 de septiembre de 2010

Tiki-Taka: Fin de semana de asueto

Pues resulta que hace un par de semanas me enteré, como el que no quiere la cosa y se la encuentra, que el Pub Tiki-Taka celebra este fin de semana su tercer aniversario.
Fue el Lagarto, con la morrera caliente y en el trajín de una barbacoa en casa, quien acertó a nombrar el sitio para tomar la penúltima. Entraba ya la madrugada y no podía ser malo el andurrial, hablando de la mandanga, no podía ser malo algo que abría el apetito e invitaba a soñar.
Entré sin drenaje al lugar, sin concepto previo, abierto a los sentidos como las putas despatarradas. Recuerdo que me encontré con algo nuevo, diferente, único, inconcreto de puro delirante. No pude asimilar en ese instante la línea musical; igual pinchaban la última del top  de los cuarenta criminales que la mítica lambada de hace veinte años. Tampoco pude cubicar la fauna. Un individuo con traje y corbata, al final de la barra, acompañado de su chivas con hielo, tarareaba la melodía al compás de la llama del mechero. A su lado, otro jambo, en bermudas, barba poblada, y en camiseta sin mangas apuraba un tercio con la mirada perdida en el infinito. Al fondo, junto a la pantalla gigante, una pareja de panchitos bailaba trincada sin reparar que la cumbia había terminado minutos antes.
En fin, que anduve descolocado y  desabrigado, que es como suelo andar en sueños, y la noche acabó en esa línea de sombra que separa la virtud del pecado. Hubo tiempo para las risas, las copas y la conversación, y aquel lugar despertó en mis sentidos algo a pachas entre la curiosidad y la atracción.
Volví al tiempo. Y volví a volver. Y sigo acercándome cuando me pica el cerdo. Siempre he sospechado que los sitios más extraños y pintorescos pueden ocultar algo bueno. Por eso desde cani encaminé mis pasos hacia las cosas más inverosímiles. Ahora que no soy tan joven, o sigo siendo el mismo pero con más huellas en el lomo, ahora voy y lanzo los órdagos sin ni siquiera mirar las cartas. Y lo hago a sabiendas de que siempre saldrán los amigos del culebreo. Por eso os apunto la cuestión para el que se quiera acercar.
Lugar único, -material de derribo-, para pasar un rato raro empapando los sentidos.
 
El Pub Tiki-Taka está en la C/ Doctor Gadea en San Joan D´Alacant.
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