domingo, 6 de marzo de 2011

Bettye LaVette


Con el permiso de mi señora, hace una montoná de años que me enamoré de ella. De su voz con olor a aguardiente y a noches en vela. Su melodía es cuestión de tripas; de vómitos de sentimiento. La empecé a escuchar hace una pila de abriles y nunca la he podido ver en directo. Su tremenda voz me transporta a mis años mozos, cuando velaba madrugadas de crápula y Alicante no andaba muy sobrado de arte. Se me asomó una noche de luna nueva, noche etílica, de insomnio, y sábanas sin deshacer.
Sus padres vendían güisqui, y la gente iba a su casa a escuchar música y a beber, así que ella aprendió a hacer ambas cosas muy pronto. Demasiado pronto. Su voz penetra al oído con un regusto a alcohol y seducción. Sus canciones hablan de besos perdidos, de cicatrices abiertas y amores emputecidos. Cada vez que se acerca al micro, denuncia lo que muchos callan. La noche del 7 de diciembre de 2008, en el Centro Kennedy de Washington, se celebraba una gala que homenajeaba, entre otros, a Pete Townshend y Roger Daltrey de Los Who. Bettye Lavette subió al escenario prudente, casi con miedo, a interpretar un clásico de su discografía. “Love Reign O`er Me”, de su mítico álbum Quadrophenia. Casi ná. Cuando terminó, Pete Townshend estaba llorando. Dijo que había sido la mejor versión de una canción suya que había escuchado nunca.
El próximo domingo día 20 Bettye LaVette, pasará por Alicante. Por el Palacio de Congresos. Si todo va bien, allí estaré. Porque la noche obliga.

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