domingo, 27 de marzo de 2011

Enredos.


Cada vez que empiezas un viaje, ya estás más cerca del final. Cuando nacemos también empezamos a morir. La dicotomía del tiempo y el espacio vuelve cada día al jardín estático. Por eso debemos escoger entre lo útil y lo innecesario. El tiempo es nuestro. El espacio, de todos. Por eso te pido que te dejes el alma y hagas el trabajo sucio. También el fácil y el honesto.
Quiero que rías, que llores; que abraces la vida y acaricies tus sueños. Quiero que ames; que no vuelvas a casa sin mojarte. Que cantes. Quiero que silbes caminando a la sombra de aquellos edificios rodeados de asfalto. Que respetes, que sueñes. Que pienses cada secuencia y mantengas la sala limpia. Que añores lo pasado y saborees cada minuto del presente. Quiero que perdones y que escuches. Del próximo estreno no sabemos demasiado. Demasiado es nada. Por eso goza. Paladea la vida hasta el último aliento. No te rindas. Respira hondo y arranca. Porque continuar echando aliento es la mejor noticia de cada día. Suelta lastre; retoma el vuelo. Sé feliz. Y da gracias por haberlo sido.
A fin de cuentas, pronto o tarde, todos nos veremos cuando se acaben los créditos. Disfruta tu día.
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