martes, 11 de agosto de 2009

El carcelero del Caimán verde

Ahora que se acerca el cumpleaños del monstruo embustero de Birán, que el próximo Jueves cumpliría (¿o cumplirá?) 83 años, y antes de que a los guatrapas y los babosos de la tele y del papel se les llene la boca con sus palabras concebidas como lujo cultural de cobardes que lavándose las manos se desentienden y evaden, yo os refresco la vida y milagros de su infancia. El resto, para qué. No pretendo convencer a nadie, más bien contar su historia.

Su padre, que era un soldado gallego, se quedó en Cuba después de la independencia, proclamada en 1898, para casarse con una cubana. De esa relación nació su primer hijo al que acordaron poner Fidel Alejandro que vino al mundo la tarde del 13 de Agosto de 1926.

El chiquillo fue enviado muy pronto por sus padres, ya separados, a los Jesuitas. Varias anécdotas que os contaré otro día ya retratan al carcelero como un chaval difícil, rencoroso, pendenciero y frío ante el sufrimiento de los demás.

Al terminar el colegio en los Jesuitas, Fidel estudió la carrera de Derecho en La Habana,-que no consiguió acabar-, sin mucha aplicación y más pendiente de otras cosas mas torcidas que el Derecho en cuestión. Allí descubrió la política y comenzó a frecuentar amistades peligrosas. Las compañías y el afán por hacerse respetado, le obligaron voluntariamente a llevar pistola y a usarla si se terciaba la ocasión.

Se sabe que participó en un frustrado intento de derrocar al dictador Trujillo en la Republica Dominicana. También intervino en los tensos días del
Bogotazo de la primavera del 48 en Colombia. Allí conoció a su viejo e inseparable Gabo García Márquez.

De vuelta a Cuba contrajo matrimonio con Mirta, cuyos padres eran íntimos de Batista. Como regalo de boda recibieron de los padres de ella un viaje a Estados Unidos y un Ford del 48. Con 23 años se introdujo en el Partido Ortodoxo de
Chibás transformándolo tiempo después en el Movimiento 26 de Julio y convirtiéndose de la mano de las compañías y la pistola en su máximo líder.

Poco después lo que ya sabéis, el
asalto al cuartel de Moncada, en la que tuvo que intervenir su mujer, a través de unos amigos, para salvar al barba-ro de la muerte y, un año después, de la cárcel. Cuando salió emigró a Méjico, y continuó con los preparativos para hacerse con el poder por las armas en Cuba. Vamos, lo que le gusta, el poder y las armas. Se entrenó con un grupo de pirados durante 3 años y en el invierno del 56 arribaron al oriente cubano a bordo del yate Granma que, por cierto, compraron en EEUU.

El resto ya sabemos, el triunfo de la revolución por inactividad, y 50 años de parálisis permanente.

Y desde esta trinchera y si el Socio está vivo le traslado la pregunta que me he hecho durante tantos y tantos años: - ¿Qué visión de la vida y la sociedad de su País tiene Ud. viendo las cosas durante tanto tiempo desde la misma poltrona?

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