viernes, 16 de abril de 2010

De libros y amistades.

Acaba de sacar un libro enorme; una admirable historia de amor en un país de pasta con gente de pasta. Los inicios nos embarcan en un proyecto de ingeniería civil con tirabuzón y doble mortal en pleno desierto. No se trata de un relato complicado o tedioso. Ni mucho menos. Más bien es una liga inmensa -desde el arranque hasta el desenlace- y a partes iguales de lujo, amor, educación y cortesía.

El otro día cafeteamos juntos. Vicente se pidió uno con leche y yo, que venía de echarme la siesta, uno solo. Debían ser como las seis y el sol ya parecía querer esconderse. Entre sorbo y chisguete, hablamos del libro, de viajes, de proyectos y demás. Nos comentó que anda embarcado en otro bajel, que le llevará un tiempo sin avistar costa. Fondeará cerca de Santa Maria la Antigua, allá por el Golfo de Uraba, en Colombia. Novela histórica picada por la sal marinera del Caribe. Casi ná.

No se si el lo sabrá pero le envidio. Envidia sana. Deseo oneroso. Admiración. Respeto. Envidio su decisión, su forma de entender la vida y explicarla. Envidio su prosa sencilla llena de sensata ternura. Recién empezó a publicar y apunta buenas formas. Y futuro. Tiene muy claro lo que hay que hacer. Tener algo que decir, y decirlo. Estoy deseando que saque la próxima de sus novelas. De momento, no os perdáis esta. Así que pasaros por la FNAC, agarrar el libro, pasar por caja y leéroslo.

Vicente Mezquida Serra.
ISBN 9788484549307


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