lunes, 9 de agosto de 2010

¿Quién mató a JFK?

En Octubre de 1962 Estados Unidos descubre que la URSS está construyendo en Cuba las bases para hospedar 40 cabezas de misiles nucleares encaradas hacia Florida. Se le llamó, pasado un tiempo, la crisis de los misiles puesto que en esos días estuvo a punto de originarse la tercera guerra mundial. Era una crisis intensificada y recrudecida por la escalada atómica en esos años inciertos entre las dos grandes superpotencias del momento salidas de la segunda guerra mundial. Fue un duelo con tres actores principales; Kennedy, Krushev y Fidel Castro. Esta crisis terminó con un acuerdo entre Kennedy y Krushev mediante el cual el primero retiraba las cabezas nucleares de Turquía y el segundo las suprimía de Cuba. El tercer actor en discordia montó en cólera por haberse quedado fuera de la timba y eso fue, entre otros factores, lo que le costó la vida al presidente norteamericano más carismático de la historia poco más de un año después. Castro se la tenía jurada.
A las doce de la mañana del 22 de noviembre de 1963, el presidente John F. Kennedy llega a Dallas de visita. Mientras se trasladaba en un descapotable por las calles de la ciudad, Lee Harvey Oswald le pega un tiro con un rifle Mannlicher desde la sexta planta de la oficina de la Texas Book Depository donde trabajaba como bibliotecario. Detrás de esa muerte, tirando la piedra y escondiendo la mano, estaba el cobarde y pávido Fidel Castro Ruz. El Monstruo de Birán. Comandante en jefe de la Revolución Cubana aún en la actualidad. Ese mismo día, Fabián Escalante, director de los servicios de espionaje cubanos, había volado de La Habana a Dallas, con escala en México, y se había reunido con algunos de sus lugartenientes poco antes del trágico suceso para dar instrucciones. En alguna de las pruebas documentales y fotográficas de la posterior detención de Oswald aparecen, junto a la policía y el FBI y en segundo plano, esos mismos funcionarios del gobierno cubano con los que Escalante se había reunido horas antes.
Lee Harvey Oswald realizó un viaje a la Unión Soviética, en octubre de 1959, dispuesto a nacionalizarse en ese país llevado por sus ideales marxistas. Allí estuvo tres años, en los que trabajó, contrajo matrimonio, fue padre de una niña y se afianzo más en sus sueños y quimeras revolucionarias socialistas. En Moscú conoció además a algunos de los representantes del gobierno cubano que, en esa época, estudiaban la posibilidad de estrechar los vínculos -más si cabe- entre ambos países. Quién sabe si también conoció, de primera mano, el desarrollo de la operativa posterior que se vino a llamar la crisis de los misiles. En junio de 1962 regresó a EEUU en compañía de su esposa y la hija recién nacida de ambos. Oswald y su familia se establecieron primeramente en Fort Worth para, al cabo de pocos meses, establecerse en Dallas, ciudad desde la cual Lee Harvey Oswald comenzó a desarrollar una intensa actividad política en favor del líder revolucionario cubano. En el mes de marzo de 1963, Oswald se instaló en Nueva Orleans, y continuó su campaña procastrista con ahínco, hasta el punto de ser arrestado por repartir octavillas en favor de Cuba en lugares públicos de la ciudad y promover graves enfrentamientos con exiliados cubanos del castrismo. Incluso realizó dos intervenciones radiofónicas en las que se declaró abiertamente marxista. Definitivamente, era el hombre que necesitaba Fidel para hacer cumplir su sueño.
El motivo de Castro en mi opinión era personal, no político. Cada uno deseaba la muerte del otro. Kennedy lo intentó en su momento con la invasión de la bahía de Cochinos y algunos intentos de atentado posteriores y luego llegó el turno de Castro. Con Oswald no falló. La misma esposa de Kennedy, en algunas memorias que leí, estaba convencida de esta versión. De hecho, cuando posteriormente se casó con Onassis y abandonó EEUU es porque el griego era lo suficientemente poderoso y rico como para asegurarle protección allí donde se encontrara.
De cómo la mafia mató a Oswald días después y demás puntualizaciones a esta historia lo ventilaré en otra futura crónica. O lo sustentaré con palabras y una caña en la mano llegada la ocasión y si alguno se tercia. Si me buscáis la lengua podemos andar a la greña; os lo advierto. Incluso pasaré a las manos si no puedo defender con palabras, lo que escribo en este foso. Para que vayáis preparando el concepto. Si tenéis huevos.
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3 comentarios:

  1. Creo que tus puntos tienen base y sobre todo base historica.donde creo que pierdes el control de tus fundamentos es al emplasar a tus leyentes de forma tan poco inteligente. y aquellos que en un principio te creemos informado y capas de haser un relado creible y con un soporte historico verdadero. al final vemos a alguien que no sabe serrar el circulo de forma elegante y usa la misma estrategia que ese senor de nombre fidel

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  2. No con mi comentario estoy poniendo en juicio tu inteligencia y nivel de informacion. todo lo contrario veo que tienes una formacion ya sea profesional o empirica a la hora de redactar y eso se nota el el hecho de quien empiesa a leer lo que ud escribe lo termina de leer dado el grado de interes que sus letras tienen. Pero es en ese final del texto donde caemos en discordia y yo me digo. ''quien es este hombre que me invita a leer y luego se faja conmigo.Pero podemos intercambiar concectos y puntos de vista asi ud me ensena a escribir un poco mas por que en eso no soy muy bueno y tengo muchas fartas de ortografia y cosas de esa indole y yo le puedo a ud ensenar con mi umildad y con un poco de algo que yo creo saber. no soy escritor soy medico es por eso que tan mal escribo. si lo vas a haser haslo . mi correo es mamonka32yahoo.es

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  3. Apreciado lector:

    En primer lugar quería darle las gracias por visitar mi blog y dar su sincera opinión. Para mi es un honor siempre. Gracias de nuevo.

    Intuyo, por sus palabras, que es cubano. Sospecho también que es joven. Nacido después de ese invierno frío del año 59 en el que triunfó la revolución de los barbudos y que acabó, al cabo del tiempo, congelando toda la isla. Se que es usted inteligente y le gusta la lectura. No sé como puede haber acabado encontrando mi blog entre todo el universo infinito de internet. En todo caso, eso es lo de menos. Le invito a seguir leyendo el resto de los artículos publicados en mi blog y a continuar escribiendo su crítica constructiva.

    Respecto a su apreciación sobre el último párrafo del artículo he de apuntarle que era una licencia propia para agitar conciencias y fomentar la discusión constructiva respecto al tema tratado. Ni mucho menos tenía ni tengo la intención de fajarme, como bien apunta. Fue un comentario visceral que saqué de dentro y lo plasmé en el texto, en base a una discusión mantenida con colega que aprecio, relativa a JFK días antes de escribirlo y que fue el origen de ese texto.

    Me tiene a su entera disposición para cuantos comentarios, charlas o sanas discusiones quiera usted tratar con este humilde servidor.

    Sin otro particular, reciba un cordial y afectuoso saludo.

    Muy atentamente.

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