viernes, 3 de julio de 2009

Sobre Cuba



Me mandan unas letras, las leo, y no puedo por menos que transcribirlas para se lo contéis a los comemierdas que aún creen que con Raul Castro algo cambió en el Caimán verde. Allí no cambia nada. 50 años van a hacer dentro de unos días del triunfo de la Robo-lución, -¿o era la revolución?-, y en los medios de incomunicación van a salir los letrados, los lumbreras, los cultivados en la demagogia, los intelectos rezagados, y los entendidillos socialeros con el ZP al frente, a decir que todo el mundo es güeno; que todo el mundo, es mejor. Si, como aquella peli del Summer que ahora todos copian pero no mejoran. Podrían limpiar con sus bocas toda la mierda de las calles de La Habana; así la conocerán. Y si les queda lengua, después que vengan aquí y que lo cuenten. Yo mientras, os cuento lo que me cuentan.

“Hoy podría ser 3 de junio o 9 de septiembre, pues apenas algunos detalles señalan que estamos en Navidad. Pocos, muy pocos, se felicitan en la calle. Comparado con el 25 de diciembre del año pasado, este es un día más desangelado y con menos expectativas hacia el futuro. Más de doce meses han pasado desde que presagiamos –en la intimidad de la familia y los amigos- supuestas reformas, que se quedaron en un teléfono móvil o en la habitación de un hotel que no podemos pagar.
El gallo cantará hoy para un pueblo que ha reducido su accionar a un verbo moroso: esperar. Mientras, mi agenda telefónica acumula tachaduras por los amigos que emigran y nuestro presidente salta como gato enjaulado cuando le hablan de disidentes presos. ¡Cuán poco hemos avanzado en este 2008! ¡Qué ridículos pasos en el mismo lugar, hemos dado hasta este diciembre!”

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